¡A que no adivinas quién es! Rapunzel
(final 1) Luego del arranque de Rapunzel, afligido, el príncipe se echó a llorar al pie de un arce junto al cual reposaba la larga cabellera. Lloró desconsoladamente, sus lágrimas bañaron una y otra vez aquel hermoso y casi femenino rostro hasta que, agotado de tanto sollozar, se durmió envolviendo su cara con el dorado recuerdo de su amor ahora roto. Pasaba por ahí otro príncipe, también muy apuesto y un poco corto de vista, que buscaba a una princesa condenada a dormir por siempre y, al ver a nuestro príncipe, ocurrió que –confundido por la blonda cabellera que rodeaba su cara- lo creyó la princesa de sus anhelos e inspirado por la emoción del momento le dio el más profundo y apasionado beso que hombre alguno haya dado. Lo que al principio fue una sorpresa para ambos, se convirtió en una historia con final feliz: aliviados de tanta carga y de fingirse unos aguerridos luchadores, decidieron huir y vivir los dos, felices por siempre.
B. Osiris B.
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