Habían vivido juntos más de 12 años. Tenían un hijo de 10 y habían vivido siempre un matrimonio tranquilo. Se llevaban bien y lo compartían todo. Acostumbraban por ejemplo ir al colegio del niño a reuniones y actividades. Parecían una pareja muy estable.
Un día el hombre le pide a su esposa ir a vivir a otro lugar para hacer unas reparaciones de la casa que habían comprado desde el principio de la relación. Ella estuvo de acuerdo, así que buscaron un apartamento pequeño en renta y ella y el niño se mudaron allí. El hombre insistió en quedarse en la casa para vigilar las obras.
Pasaba el tiempo, las reparaciones se tardaban más de la cuenta y el esposo iba cada vez más poco por el apartamento a visitar a la mujer y al hijo.
La esposa empezó a sospechar cosas y un día se fue para la casa a ver qué era lo que en realidad estaba sucediendo.
¡Y qué creen!
Otra esposa y dos hijos de unos 5 y 7 años eran la actual familia del miserable aquel.
Patricia Lara P
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