Ah vaina...
No se les ocurre pensar que uno va dejando partes de nuestra esencia en diferentes lugares. Y que ya cuando uno está a un paso de estirar la pata va uno de la seca a la meca rescatándola o recogiéndola y entonces puede suceder que uno no alcance a llegar a todos esos lugares por los que en vida deambuló y esa esencia se queda por ahí perdida, sola, desolada. Y entonces sucede que esa mínima parte empieza a dejarse notar. A "aparecer". No sé les ocurre pensar que una sola alma en pena puede "penar" aquí y allí y más allá por toda la eternidad. Ah vaina.
Patricia Lara Pachón
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