sábado, 13 de agosto de 2022

La vida sigue

 No es que no lo supiese, ella siempre lo había sabido. Al principio había sido intuición, pero después fue una certeza. Algo tan cierto como que el agua moja y el fuego quema. Él jamás la había amado. Ella había sido una gran molestia en su vida.  Toda ella, su vida miserable; opacada y desdibujada desde siempre por su presencia.

Ella soportó el desamor y la certidumbre pues no sabía que debía hacer. Era mejor levantar la nariz y hacer que lo ignoraba todo. Era mejor cerrar los ojos y fingirse ciega, era mejor tapar con ambas manos los oídos y fingir que jamás escuchó la frase más fatídica: "Te odio" y luego un arsenal de palabras que se volvieron armas que la apuñalaron toda.
Hoy vaga por la casa, por la vida. Con una sonrisa sempiterna y un brillo minúsculo en las comisuras de los ojos. 
Murió, en ese instante y hora ella murió. Hoy vaga por la casa como un fantasma en vida.
Fin.

Patricia Lara P

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