sábado, 13 de agosto de 2022

Evadirse

La tarde la sorprendió con los ojos fuertemente cerrados. Intentó por un buen rato no respirar, pero no lo logró.

Estuvo quieta, inerte. Deseando pasar desapercibida pero llamó aún  más la atención.
No quería nada. La vida en adelante le pareció siniestra. Tuvo miedo. Tanto que en serio deseó la muerte.
El problema mayor es que la muerte solo llega cuando toca, no la víspera.
Fin.

Patricia Lara P

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las margaritas de Octavio

Las margaritas de Octavio  Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...