Heridas de vida
_(Tributo a un banco con flores en el respaldo y gotas de pintura en el asiento)_
Unos envejecen,
otros, reciben golpes
a veces caricias (de unas u otras)
o viceversa.
A otros, como tú,
se le resecan las mariposas en el respaldo,
o le florecen gotas de colores en el asiento.
Tu juventud es apenas un recuerdo de muchos aposentos
donde fuiste testigo de descansos largos.
A tu piel ajada, marcada de grietas
regala elegancia a tus naturales vetas.
Tal vez, algún día, un restaurador valiente
se atreva a remozar tus tonos y tu barniz,
mientras sigue siendo el compañero silente
de quienes vamos cambiando -queriendo y no- tu cariz.
Sigue en nuestra compañía y nuestras andanzas
acompaña nuestra ruta en cada mudanza
y allí, inerme ante el paso del tiempo inexorable,
da reposo a mi cuerpo, mi amigo afable.
B. Osiris B
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