Hoy cómo hago con frecuencia salí a revisar mi ante-jardín. En el tengo plantado un naranjo, algunos bananos, un granado, un papayo que está lleno de frutos y una guayaba jabuticaba. Me sorprendí a mi misma viéndome mirar las matas; arrancando una hojita seca, pensando que sería de mis plantas;como iban a estar en un futuro próximo. Y de pronto me vi tal cual, como ella, mi abuela María la O, la entrañable. Me vi igual que ella algo encorvada y pensando pensamientos pensantes que creía yo, que era la única que lo hacía. Pero hoy, por fin descubrí que no; que siempre ha sido una sola una sola mujer, una sola persona, una sola María la O, o una sola Patricia. Curiosamente siempre la misma y siempre diferente.
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