Una huella
Mamá, se murió uno de mis cantantes favoritos.
Mamá, se murió uno de mis cantantes favoritos.
Ah, sí vi.
-Pero ya tenía más
de setenta años- agrego.
La gente se apega
mucho a la vida y en realidad si uno ha hecho todo lo que debe hacer, si ya
cumplió.
¿Qué tantos años más
puede querer vivir?
Y me quedó
pensando, en la gente apegada a la vida. Apegada de tal forma que dejan
de vivir para "vivir" un poco más.
Dejan de salir por
miedo a los ladrones, a que los secuestren, a que los atropelle un carro, etc.
Dejan de comer lo
que les gusta y se resignan a vivir de cosas sin sabor porque los aliños hacen
daño y las cosas ricas engordan y aumentan la tensión, el azúcar, causan
problemas de tiroides y mil cosas más.
Se acurrucan
entonces en algún lugar de la casa y se vuelven invisibles al mundo. Y a
veces, lo que es peor aún... se vuelven un estorbo.
Y entonces me quedo
preguntando. ¿Cuál es la edad ideal en la que debemos partir? Y
también me cuestiono. ¿Cuáles son las cosas que debimos hacer para que
nuestro paso por el mundo valiera la pena?
¿Eso de tener un
hijo, sembrar un árbol y escribir un libro será suficiente?
Yo no nací para eternizarme
aquí. Y tampoco es necesario que la gente me recuerde. Pero si
desearía dejar alguna huella. Hasta las babosas dejan una.
Patricia Lara P.
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