viernes, 31 de enero de 2014

Mentiras piadosas




Como cuidamos su casa, en agradecimiento nos invitó a cenar.  Era…  lo recuerdo tanto;  un plato de arroz, carne picada y repollo o col a la criolla.  (He notado que todo aquello que preparan con cebolla y tomate lo llaman así).  Por supuesto, por educada educación alabamos todo; en lo particular, lo que me pareció lo más horrible.  “El repollo a la criolla”.  En la siguiente invitación, también había “repollo a la criolla” de ahí en adelante sabíamos que cada vez que fuéramos; esa sería la cena.  Hmmmmmmm.
Patricia Lara Pachón

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las margaritas de Octavio

Las margaritas de Octavio  Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...