Acaba de pasar por mi lado. Me he acostumbrado a su presencia y ya no me
asusta. Finalmente es una compañía en momentos de soledad. No le
hablo pues me aconsejaron no darle entrada a mi vida.
Imagino cosas sobre ella. Supongo que fue mujer en un momento de
su vida, que murió joven, que le gusta nuestra familia pues "siento"
que se muda con nosotros. Al llegar a la casa nueva y antes de ser
nuestro hogar la percibo intranquila, y al cabo de un tiempo ni se
siente. Pero... cuando nos escucha hablar de nuevas mudanzas se
molesta. Empieza a hacerse más notoria y hasta se muestra algo ruda.
El otro día comentándolo con mi hijo le decía yo a él en voz alta para que ella
escuchara... "No nos mudamos por gusto, lo hacemos porque tenemos que
hacerlo". Así que al parecer entendió y no se ha manifestado como en
otros momentos. Igual también le dije: “Si no quiere irse con nosotros,
que se quede". No sé si piensa en esa posibilidad o si sencillamente
se dio al dolor. No del todo como digo, pues por ahí ella apaga luces,
mueve muñecos y se pasea.
Siento que le gustamos como familia
pues no le tememos y eso me imagino la hace sentir parte de nosotros y también
le proporciona seguridad y comodidad. Me gustaría ayudarla a que por fin
parta y alcance la paz, pero también pienso que a lo mejor ya la alcanzó con
nosotros.
Patricia Lara P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario