Como cuidamos su casa, en agradecimiento nos invitó a cenar. Era… lo recuerdo tanto; un plato de arroz, carne picada y repollo o
col a la criolla. (He notado que todo aquello que preparan con cebolla y
tomate lo llaman así). Por supuesto, por educada educación alabamos todo;
en lo particular, lo que me pareció lo más horrible. “El repollo a la
criolla”. En la siguiente invitación, también había “repollo a la criolla”
de ahí en adelante sabíamos que cada vez que fuéramos; esa sería la cena.
Hmmmmmmm.
Patricia Lara Pachón
viernes, 31 de enero de 2014
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