Mi hija y yo acabamos de sobrevivir a una bestia terrible.
Llega ella a mi cuarto aterrada. Yo le respondo... Me parece increíble que una mujer adulta, autosuficiente, empoderada no pueda hacerse cargo. Ella sin un ápice de vergüenza acepta su realidad. En ese momento me toca aceptar la mía. Yo también tengo miedo, pero mayormente asco.
Ni modo, siendo yo la mayor debo asumir el reto. Subo, tomo escoba y recogedor y entro al baño. Veo ahí a la monstruosa cucaracha. La empujo con la escoba al recogedor y la introduzco rápidamente al sanitario. Suelto el agua y la asquerosa sabe nadar. Temo que salga volando de allí así que busco algún spray para atontarla al menos y lo que agarro es una espuma. ¡Oh por Dios! Temo por nuestras vidas. Suelto el agua de nuevo y con sorpresa veo que la asquerosa cucaracha queda atrapada en la espuma y por fin se va por el drenaje. Constato que los milagros existen.
Ahora mismo estamos asustadas pero felices. Sobrevivimos al infausto suceso.
Ahora hay un monstruo menos en nuestro hogar.
Ahora puedes aplaudirme y felicitarme.
Gracias
Yo.
Patricia Lara Pachón
No hay comentarios:
Publicar un comentario