Entonces la vida te atrapa y de patas y manos te conduce por unos vericuetos que te hacen estrujar la panza y el mareo conduce al vómito y de nuevo al mareo.
No sé, yo aún no la entiendo. No le veo un sentido.
El pesimismo me cobija con hielo. Mis dientes castañetean. Cierro los ojos y me dejó ir en picada.
¡Dios!
No sé que pensar, ni que hacer, ni qué decir.
La vida sigue así. Indefinible, indescriptible y tan personal que aterra.
Patricia Lara P
No hay comentarios:
Publicar un comentario