Era ella una mujer entrada en carnes. Había enviudado muy joven y de aquella unión había quedado un niño.
Cuando la conocí vivía con un muchacho que fácilmente habría podido ser su hijo. Además de joven, era atlético y de muy buen ver.
Las vecinas la criticaban, y hablaban a sus espaldas. En realidad no era amiga de ninguna de ellas. A lo mejor, quizá algo de envidia le tenían.
Hoy por algún motivo que ignoro la recordé. ¿Estará aún con su muchacho? ¿Será feliz?
Patricia Lara P
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