viernes, 25 de noviembre de 2022

El "nuevo" traje del emperdor

El "nuevo" traje del emperador


Este era un rey que disfrutaba mucho de su belleza física. Se aplicaba cremas faciales y corporales, hacía ejercicio, tomaba el sol por horas y se vestía magníficamente bien.
Un día, acertaron a pasar por su castillo un par de modistos finos, de alta costura se decían. Diseñadores de alta gama. Muy elegantes y emperifollados ellos.
El rey no lo dudó un instante. Les pidió, mejor dicho; les exigió que confeccionaran para él, el traje más magnífico de todos.
Ellos no lo dudaron ni un instante siquiera. Pidieron sedas, piedras preciosas, oro, plata, platino plumas multicolores y muchas cosas más.
Se encerraron a trabajar en el taller que el propio rey les ofreció. Empezaron a tejer, pulir y entreverar en esa hermosa tela todas aquellas maravillas.
Al cabo de unos días habían hecho una obra de arte maravillosa. Nada de lo antes visto se le parecía.
El rey estaba tan anonadado y asustado a la vez, que ordenó de golpe y perentoriamente la tela magnífica fuera incinerada.
Tanta maravilla muy seguramente opacaría su propia belleza,  su gran hermosura, su divina figura.
Desde aquel día el rey anda desnudo por el castillo, por el mundo y sus alrededores y finge que lleva el traje de emperador que los modistos le confeccionaron. Le insiste a todo aquel que lo mira con asombro. Que solo las personas con corazón puro y que son dotadas de suma inteligencia lo pueden ver.
Hay que escucharlo reír a carcajadas al referir su historia.
Fin

Patricia Lara P

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