martes, 28 de septiembre de 2021

Como si, al cambiar, muriera lentamente

 Como si, al cambiar, muriera lentamente


Asfixiado por el hastío,
mutilado por la inmediatez,
el arte cambió.

Y ya no hay poesía  -ni elegancia- en la palabra,
que sufre a gritos la ablación 
del fugaz
y contundente 
improperio tres punto cero.

Aquella a quien exaltaban 
los antiguos poetas y cantores,
hoy se diluye ante el ácido
de la misoginia express,
blanco y objeto de parodias vulgares, 
excusa forzada del humor fácil, 
donde muere el intelecto,
 porque leer y pensar 
está sobrevalorado.

La puesta en escena
en el teatro del consumo
quema -o "reinventa"-
 la virtud de los actores
que ahora son _vende tutti_
en un guión de treinta segundos
porque el arte cambió y hay que comer.

El arte cambió
y es como si, al cambiar,
muriera lentamente
(¿o como si, de algún modo
-¡ojalá!-,
 renaciera).

Podría contarte más,
pero no tengo tiempo.

B. Osiris Bocaney

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