El aire sale
entrecortado
y no hay consuelo.
El pecho se
aliviana
al exhalar una
tristeza
o dos, o tres, o más.
Y hay que llenar de
nuevo los pulmones
y continuar.
Patricia Lara P.
Veo esas paredes de bahareque, blancas. Puerta roja a juego con la única ventana. Veo a María la O con sus ojos brillantes, su sonrisa y s...
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