jueves, 1 de octubre de 2015

El perro




Hola mi amigo, dice mientras sonríe el criminal.... por favor;  vengo a reclamar mí perro. 
Claro señor, como usted quiera y diga.  Pase, entre; llámelo usted.
El perro acurrucado en un rincón lo mira; al acercarse el criminal, gruñe. 
El hombre lo requiere, lo llama con mimos y arrumacos.  El perro más recula.
Ya viéndose encerrado y temeroso.  Salta la victima sobre el victimario y mordiendo su cuello lo ve cubrirse de sangre mientras expira.
El criminal exhala el último aliento.  Y el perro un suspiro aliviado.

Patricia Lara P.

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