martes, 27 de octubre de 2015

Lúgubre





Tirurín tirurado, esta historia ha terminado…
Y fue así como ese “cuento” se acabó.
Lo que pasa,  es que para que una historia comience otra debe terminar irremediablemente. 
Y la gente nos cuenta que acaba  cuando se casaron y vivieron felices siempre.  Pero siempre; es solo un decir, pues mientras se vive hay incógnitas, hay preguntas sin respuesta unas y con más de una respuesta,  otras.  Hay ilusiones y desilusiones, por lo tanto hay decepciones y alegrías insospechadas.
Ese tirurín tirurado en el cual se deja de narrar o de escribir no es más que  puntos suspensivos a la vida.
Una vida irremediable.  Que nos conduce  a todos al mismo lugar.
Y curiosamente o estúpidamente nos sentimos diferentes.  Cuando somos iguales; lo que hace la diferencia son las circunstancias, pero todos indudablemente llegaremos  al mismo final.

Patricia Lara P.

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