Tirurín tirurado, esta historia ha terminado…
Y fue así como ese “cuento”
se acabó.
Lo que pasa, es que para que una historia comience otra debe terminar irremediablemente.
Lo que pasa, es que para que una historia comience otra debe terminar irremediablemente.
Y la gente nos
cuenta que acaba cuando se casaron y
vivieron felices siempre. Pero siempre;
es solo un decir, pues mientras se vive hay incógnitas, hay preguntas sin
respuesta unas y con más de una respuesta, otras. Hay ilusiones y desilusiones, por
lo tanto hay decepciones y alegrías insospechadas.
Ese tirurín
tirurado en el cual se deja de narrar o de escribir no es más que puntos suspensivos a la vida.
Una vida irremediable.
Que nos conduce a todos al mismo lugar.
Y curiosamente o
estúpidamente nos sentimos diferentes. Cuando somos iguales; lo que hace
la diferencia son las circunstancias, pero todos indudablemente llegaremos al mismo final.
Patricia Lara P.
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