Tengo muchas manías. Entiendo que
pueden ser sinónimo de locura. Pero... si soy loca; soy una muy pacífica.
No me gusta por ejemplo que el volumen del televisor quede en el número 13.
Detesto de manera particular cuando al mirar el reloj marca justo las 5:55, siento que algo muy malo va a suceder.
Cuando eso pasa pierdo el miedo si veo seguidamente las 6:00.
Odio pedir algo y que me digan en un momento, o lo que es peor que corran al baño. ¡Si no les digo nada se orinarían en la ropa!
Me da ira mala la impuntualidad y luego la ridícula excusa de la congestión vehicular o trancón o taco que llaman. (Yo salgo con tiempo suficiente de evitarlas o superarlas)
Odio que maltraten a los animales de cualquier forma posible.
Le temo a la palabra odio. Pero a veces hay que usarla pues no hay otra que la logre reemplazar en el momento.
Desconfió mucho de las personas que no gustan de los animales. Se me hace que no son muy buenos seres humanos.
No me gusta sentarme a comer y que justo llegue alguien a quien deba atender y por lo tanto tenga que parar de hacerlo... es que ya la comida no me sabe igual luego.
No me gustan las puertas abiertas. Indefectiblemente voy por la casa cerrándolas.
No deseo salir de mi casa todos los días pues la congestión de personas y el ir y venir de todo me descontrola un poco. Me gusta estar tranquila y relajada.
No me gusta mentir y cuando la gente lo
hace en frente mío y miente por tonterías
me molesta mucho. Si uno tiene que decir
una mentira que sea por algo realmente importante y no por banalidades o justificaciones
tontas.
Soy lo que algunos definen como cusumbo
solo. Es que la soledad o mejor mi
propia compañía, para mí son bien importantes.
No todo el tiempo por supuesto, pero sí necesito mis momentos.
Me parece que la palabra empeñada ya es
suficiente. Si dice uno que hará esto o
aquello debe hacerlo a menos que realmente le sea imposible.
Creo que tendré que hacer una nueva
entrega en un futuro próximo o lejano, pues se hace larga la lista.
Patricia Lara P.
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