domingo, 2 de agosto de 2015

Manías mías




Tengo muchas manías.  Entiendo que pueden ser sinónimo de locura.  Pero... si soy loca; soy una muy pacífica.

No me gusta por ejemplo  que el volumen del televisor quede en el número 13.

Detesto de manera particular cuando al mirar el reloj  marca  justo las 5:55, siento que algo muy malo va a suceder.

Cuando eso pasa pierdo el miedo si veo seguidamente las  6:00.

Odio pedir algo y que me digan en un momento, o lo que es peor que corran al baño.  ¡Si no les digo nada se orinarían en la ropa!

Me da ira mala la impuntualidad y luego la ridícula excusa de la congestión vehicular o trancón o taco que llaman. (Yo salgo con tiempo suficiente de evitarlas o superarlas)

Odio que maltraten a los animales de cualquier forma posible.

Le temo a la palabra odio.  Pero a veces hay que usarla pues no hay otra que la logre reemplazar en el momento.

Desconfió mucho de las personas que no gustan de los animales.  Se me hace que no son muy buenos seres humanos.

No me gusta sentarme a comer y que justo llegue alguien a quien deba atender y por lo tanto tenga que parar de hacerlo... es que ya la comida no me sabe igual luego.

No me gustan las puertas abiertas.  Indefectiblemente voy por la casa cerrándolas.

No deseo salir de mi casa todos los días pues la congestión de personas y el ir y venir de todo me descontrola un poco.  Me gusta estar tranquila y relajada.

No me gusta mentir y cuando la gente lo hace en frente mío y miente  por tonterías me molesta mucho.  Si uno tiene que decir una mentira que sea por algo realmente importante y no por banalidades o justificaciones tontas.
Soy lo que algunos definen como cusumbo solo.  Es que la soledad o mejor mi propia compañía, para mí son bien importantes.  No todo el tiempo por supuesto, pero sí necesito mis momentos.
Me parece que la palabra empeñada ya es suficiente.  Si dice uno que hará esto o aquello debe hacerlo a menos que realmente le sea imposible.
Creo que tendré que hacer una nueva entrega en un futuro próximo o lejano, pues se hace larga la lista.

Patricia Lara P.

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