Camina por la calle cabizbajo, mascullando
rencores y recuerdos. De pronto una
sombra le hace levantar la mirada. Es la
mujer que antaño vivía frente a la que fue su casa. La observa caminar y empieza la retahíla que
hilvana día a día en su mente y que se cuenta para convencerse a sí mismo noche
a noche… Es que esa vieja se tiró en mi
matrimonio. Un día; malhadado por ciento; me vio en la calle con otra. Una de turno; una que no amaba pero que me
gustaba y a la que quería llevar a la cama una única vez. Una vez que se convirtió en muchas; una de
las tantas en las que la mujer me vio y corrió
a contarle a la que fue mi esposa.
Espere... espere... masculle para sí mismo el hombre.
¿Cómo que ella destruyó en su matrimonio? A mi modo de ver fue usted el que lo hizo. Ella, la "vieja chismosa" relató lo que vio. Pero fue usted quien lo hizo.
Yo no digo que hiciera bien ella corriendo a relatar su infidelidad. Pero el mayor error fue el suyo. Ya que si en algo valoraba a su mujer; su familia, no debió engañarla.
Espere... espere... masculle para sí mismo el hombre.
¿Cómo que ella destruyó en su matrimonio? A mi modo de ver fue usted el que lo hizo. Ella, la "vieja chismosa" relató lo que vio. Pero fue usted quien lo hizo.
Yo no digo que hiciera bien ella corriendo a relatar su infidelidad. Pero el mayor error fue el suyo. Ya que si en algo valoraba a su mujer; su familia, no debió engañarla.
Así que no culpe a otros de sus malas
acciones y acepte su destino.
Patricia Lara P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario