(A Greis León con mi cariño)
A carcajada batiente
dos viejas ríen
sin causas ni motivos
sin ton ni son.
Desgranan una a una,
lágrimas que recorren
por surcos las mejillas.
Los dientes amarillos unos,
desportillados otros
se mecen y remecen
al vaivén de las risas.
Se atragantan
se ahogan
y siguen sin parar
pensando y recordando
historias idas
que solo ellas comprenden.
Las gentes al pasar
las miran y ríen
o ríen y las miran
otros en cambio
compungidos observan
temerosos incluso
sin saber si en un rato
aun seguirán riendo
o se habrán convertido
en locas peligrosas.
A carcajada batiente
dos viejas ríen
sin causas ni motivos
sin ton ni son.
Desgranan una a una,
lágrimas que recorren
por surcos las mejillas.
Los dientes amarillos unos,
desportillados otros
se mecen y remecen
al vaivén de las risas.
Se atragantan
se ahogan
y siguen sin parar
pensando y recordando
historias idas
que solo ellas comprenden.
Las gentes al pasar
las miran y ríen
o ríen y las miran
otros en cambio
compungidos observan
temerosos incluso
sin saber si en un rato
aun seguirán riendo
o se habrán convertido
en locas peligrosas.
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