Palabra indefinible,
para unos incomprensible,
suave lecho bajo amante
y amazona sobre él.
Leona fiera que resguarda
y oveja rumbo al redil,
hierro cual firme coraza
y seda suave a la vez.
Erudita y aprendiz,
reina, hechicera y princesa,
policromía sin fin
y maternal multiplexia.
Paisaje de riscos y valles,
cuerpo cóncavo y convexo,
receptáculo de amor,
madriguera de pasión.
Playa que acepta el vaivén
y ola jadeante al romper,
fuego en eterna eclosión,
luminosa como el sol.
Mirada de ensoñación,
¿inescrutable?, tal vez,
con labios de insinuación,
y besos que elixir son.
Pubis senos y caderas,
escondrijos de los besos,
manantial y sumidero
donde navegan los sueños.
Curvilínea de excelencia,
solidaria con la tierra,
con un aliento de Dios,
pieza clave en la creación.
Yolanda de la Colina Flores
8 de marzo del 2013
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