miércoles, 27 de octubre de 2010

No dejes para mañana

-Lo que puedes hacer pasado mañana-

Entonces un día sintiéndose ella muy agotada decidió no poner los pies fuera de su amada cama. -No me levanto hoy se dijo- Y sonrió al imaginar lo descansada que estaría al día siguiente. Muy seguramente tendría fuerzas para hacer todo lo que tenía en mente hacer hoy y claro, también lo de mañana (ja)

Se arrebujo en sus cobijas, mulló su cama como gata feliz y cerró los ojos suavemente. El televisor encendido la dejaba escuchar diálogos de personas que hablaban en inglés, poco o nada entendía pero eso ayudaba a que el sueño llegara más plácidamente ya que era casi un arrullo.

Sintió que nubes la envolvían y todo era tranquilidad, casi felicidad. De pronto los pensamientos empezaron a bullir en su mente;

-Había que limpiar los pisos

-Ponerle agua a las plantas

-comida y agua a los animalitos

-Poner en funcionamiento la lavadora

-Doblar la ropa seca

-Colgar la recién lavada

-Lavar los baños

-Tender las camas

-Salir de compras

-Preparar el almuerzo

-Tejer un poco pues le había prometido una bufanda a su hijo

-Responder mensajes y escribir algo -Era la tarea que ella misma se había impuesto y no debía declinar-

De pronto el sueñito que llegaba plácido se convirtió en una espantosa pesadilla y tuvo que abrir los ojos de nuevo. Y poner los pies en el piso y tender la cama y ducharse e iniciar un día como casi todos.

Bueno, pensó ella; a lo mejor mañana sí puedo hacerlo.

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