viernes, 8 de octubre de 2010

Lo que queda del día

(Anthony Hopkins, Emma Thompson)

No era amor. De eso estaba completamente segura. Era él solo una tabla de salvación. Amaba a otro del que no debía esperar nada, ya que no podía o no quería o no sabía entregar nada de sí mismo y menos entregarse. Así que se asió con fuerza a esas manos que se le brindaban y en ellas conoció familia, hogar, hijos… futuro.

No era amor al comienzo; pero al cabo de los años y de las necesidades compartidas y asumidas lo fue, y supo que a pesar de todo había sido más feliz con él de lo que habría podido serlo con el otro.

Así que al verlo de nuevo al cabo de muchos años; lo observó sin amargura, sí quizás; con un poco de dolor por lo que en su corazón sabía que pudo ser y nunca fue.

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