El fuego se apagó
quedan cenizas
que volaran al viento
evocando furiosas llamaradas.
El fuego se apagó
quedan cenizas frías,
pálidas, muertas.
Ya no se encenderá de nuevo.
Aún cuando hay cenizas
no habrá más fuego.
Las margaritas de Octavio Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...
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