El fuego se apagó
quedan cenizas
que volaran al viento
evocando furiosas llamaradas.
El fuego se apagó
quedan cenizas frías,
pálidas, muertas.
Ya no se encenderá de nuevo.
Aún cuando hay cenizas
no habrá más fuego.
Veo esas paredes de bahareque, blancas. Puerta roja a juego con la única ventana. Veo a María la O con sus ojos brillantes, su sonrisa y s...
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