lunes, 3 de febrero de 2020

Remordimiento

Remordimiento

Cada vez que pensaba en ella; se le apachurraba el corazón y  las lagrimas brillaban en sus ojos.  Sentía, porque sentir era su derecho.  Que no había hecho todo lo que debía.
Ella, aquella que lo observaba pensaba; "cuando me vaya yo.  Si es que me voy primero.  ¿Llorará también?
Así, que ella.  Aquella que lo observaba. Pensaba en sí misma.  En sus remordimientos propios y de alguna forma pensaba y temía al futuro.
Intentaba constantemente ser buena.  Comportarse adecuadamente con los demás y claro, con ella misma.  Pero de todas formas sentía.  Que los remordimientos también la atacarían en su momento.
Es que hay situaciones de vida que nos superan.  Y entonces, deberemos vivir con los recuerdos que serán de todo tipo.  Y claro, los malos nos dolerán mucho, quizá demasiado.

Patricia Lara P

Amanecí cansada


Amanecí cansada.  Deben haber sido todos esos sueños inconexos los que interrumpieron mi descanso.
Soñé con ríos turbulentos destruyéndolo todo.  Con montañas que se deslizaban hasta dar fin a la vida. Con gente que corría y gritaba, y viceversa.
¿Le tememos al fin o al cambio? Le tememos a todas esas cosas que desconocemos.  Incluso, al aproximarnos a la gente, lo primero es temer.  
No sé si fue que de esa forma nos criaron.  O si es por eso que hemos crecido y avanzado y nos hemos ido apropiando de un mundo que deberíamos haber compartido con todos los seres vivos en armonía.
Bueno.  La falta de sueño o el exceso del mismo ha hecho estragos en mí mente.  Y me tiene divagando.
Yo.

Patricia Lara P

Oído por allí

Lo escuché en un fragmento de película hoy: 
"-Estoy escribiendo un libro. 
-¡Que bien! ¿De qué se trata?
-Es un libro sobre la correcta estimulación del clítoris.  Los hombres se hacen un lío con eso."
Y me causó curiosidad.  ¿Ya habrá un libro que trate el tema?
No deja de ser interesante y creo que tendría muchos lectores.
Como siempre yo aquí me quedo pensando.
Feliz tarde.

Patricia Lara P

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Ignorante


Hoy caminando como casi todos los días me cruzo con una amiga de una amiga.  Con ganas de hablar la señora me pregunta por la amiga mutua. Le respondo rápido y sigo a mi paso. La dama en cuestión se pone a mi lado y al parecer quiere hablar, le gusta hablar de política.  Tema que a mí poco o nada me gusta.  Mientras ella expone sus razones yo callo.  La escucho con disgusto pero no digo nada.  Llega el momento en que cansada yo le respondo a pesar de que en realidad no estoy plenamente de acuerdo con lo que le digo y sólo por quitarmela de encima que yo votaría de nuevo por Álvaro Uribe.  Ella me responde airadamente que soy una ignorante.  Palabra que repitió una y otra vez sin cansarse de decirlo.  Añadiendo que por él sólo votan los ricos.  Yo mirándola con mucha ira repliqué "yo soy rica.  Muy rica.  Nada más míreme usted".  Ella me vio con asombro y repreguntó.  ¿Usted es rica? Y le respondí que sí.  Que la pobreza está en la mente y en las pocas ganas de hacer algo para salir de ella.  Que hay que trabajar para lograr lo que se quiere sin esperar nada de nadie y que ese cuento de la suerte también está mandado a recoger.  Hay gentes que se han ganado una buena cifra en la lotería o en herencias y aún así perdieron todo y aún hoy viven en la ruina.
Solo trabajando se logra lo que se quiere. Y sí soy rica... Muy rica.  (Ojalá nunca me la vuelva a encontrar en mi camino pues creo que si me vuelve a decir ignorante sólo por no pensar como ella; yo la voy a llamar bruta y no exactamente por lo mismo.)


Patricia Lara P

domingo, 1 de diciembre de 2019

Y finalmente...

Y finalmente...

El cielo se oscureció y empezaron a llover fantasmas.  Las  almas de todos aquellos que alguna vez poblaron el mundo.  Tantos que era imposible que no empezaran a haber montañas de espíritus.  Curiosamente eran pesadas y las de abajo no podían sacudirse las de arriba.  Así que al ser aplastadas; destilaban, supuraban una materia horrenda, de un olor nauseabundo que fue penetrando la tierra, contaminándola.
Los pocos seres vivos que sobrevivieron a la hecatombe lo único que deseaban era una muerte rápida.  Se veía que la sobrevivencia era imposible dadas las circunstancias.
Sentarse a esperar sin la menor esperanza era el futuro cercano y eso fue lo que hicieron.
Sus cuerpos paulatina e inexorablemente se fueron vaciando de vida.  Sus ojos inexpresivos veían sin ver y sus manos desesperadas apretaban con fruición la nada.
Así los encontró la muerte, cálida y comprensiva.



Patricia Lara P

domingo, 24 de noviembre de 2019

Aquí me quedo yo

Aquí me quedo yo

Aquí me quedo yo
doliéndome
de la gente que he querido
y hoy me hace suspirar
juntar las manos, 
mirar al cielo
 y pedirle a Dios.
De las cosas.
Del verde de la tierra
corrompida.
Aquí me quedo,
respirando quedito,
temblorosa...
Sin entenderme apenas.
Con el temor de todos
Con el temor a Dios
Aquí me quedo yo
Mirando, observando.
Doliéndome.

Patricia Lara P

lunes, 18 de noviembre de 2019

Tu que me lees

Hola



Es para mí un gusto saludarte.
He notado que mis publicaciones son leidas por lo que es para mí un gran número de personas.
Gentes que detrás de un computador o de un celular comparten mi vida y me acompañan.
Como habrán leido, son mis pensamientos personales e intransferibles los que aquí publico.
Me gustaría, que digo.  Me encantaría si no es mucho pedir.  Dejaras para mí un comentario, un saludo, un guiño.
Ah, y muchas gracias.  
Por hacer parte de mi mundo.  Esta vida sencilla y cotidiana.
Dios nos bendiga.

Patricia Lara Pachón

domingo, 17 de noviembre de 2019

¿Quién?



Lo ví caminando sobre los árboles.  Llamó poderosamente mi atención su figura desgarbada de piernas sumamente delgadas y largas.  De pronto al sentirse observado me miró directamente a los ojos.  Vacíos los suyos, cuencas negras y piel pálida.  Tan blanca era que se podría decir alumbraba en la oscuridad.
Mi curiosidad primigenia se convirtió en pavor.  No supe si correr y gritar o sencillamente dar por finalizada mi vida.
¿Sueño?  No creo que lo fuera.  Sólo sé que al día siguiente me desperté en mi cama y al mirarme al espejo lo que ví, fueron sus ojos.

Patricia Lara P

Ayer y hoy


Ella estaba bien ayer.
A ésta misma hora
ella, estaba bien.
Y hoy
Puede estar internada en una clínica u hospital.
O peor aún;
su familia la llora en una horrible 
lúgubre y triste,
sala de velación.
Ella 
Antes viva y sana
¿Y feliz?
Hoy
Herida o muerta, ¿triste?
Tristeza la que siente hoy la familia
Y es que la vida es eso
Indescriptible.

Patricia Lara P

Suenan

Suenan


Esos aparatos conectados al cuerpo.
Lo miden todo
Se escucha también la respiración esforzada
Son tantas las ganas de vivir
Que se esfuerza.
Manifiesta que ya han venido por él
Tres veces
Las mismas que ha dicho que no
Que aún no se va.
Se esfuerza
Las máquinas suenan
La respiración difícil se siente
El jadeo
El dolor quizá
Pero el sigue.

Patricia Lara P

Necesario



Y su primer pensamiento fue salvarla,
correr pidiendo ayuda.
Luego;
Al pensarlo mejor se dio cuenta.
Lo mejor era aquello
dejarla morir tranquila.
Esperar que exhalara
aquel; su último suspiro.
Finalmente,
su muerte era necesaria.
Y así como ella lo entendía ahora
sabía
a ciencia cierta;
que la otra 
Al ingerir todas aquellas pastillas
no sólo lo sabía.

Patricia Lara P

Y me volví un fantasma



Aquí ahora; en la clínica en la que está ingresado mi suegro.
sintiéndome un fantasma,
al ver cómo se deslizan apenas tocando el suelo,
enfermeros, doctores e incluso los pacientes.
Habré muerto hoy y sin saberlo
¿Soy acaso un fantasma entre tantos?

Patricia Lara P

Fantasmal visita



Fue a visitar a un paciente.  Y ahora su alma condenada pena en los largos corredores de aquel hospital.
La mayoría de las veces las personas pasan sin verla.  A veces brillos de reconocimiento en los ojos la hacen intuir que es vista.  Otros, incluso la saludan y hasta le sonríen.
Algún día quizá se entere que murió aquel día.
Por lo pronto; camina pausada.  O se sienta en una de las tantas sillas a sorber un café interminable.

Patricia Lara P

¿Riachuelo?

¿Riachuelo?

Embravecido ruge 
Entre esas dos montañas
Que lo abrazan
Lo aprietan 
Lo torturan un poco
Se libera con fuerza
Se sacude
Y arrasa

Patricia Lara P

Insignificante

Insignificante

Desde arriba nos mira amenazante
Un pequeño arbolillo
La montaña comienza a deslizarse.

Patricia Lara P

Ellos

Ellos


Arrastran los pies ellos
Desvían la mirada
Rehuyen la conversación
Respiran tan quedo que casi no lo hacen
La vida les resbala por la piel engrasada
De lágrimas y sudor 
De pacientes y dolientes
Ay con los enfermeros
Ni hablar de los galenos
tampoco hay que opinar sobre los especialistas en salud
¡Ay cómo duelen!

Patricia Lara P

No lo volví a ver

No lo volví a ver

No lo volví a ver,
no lo extrañé tampoco.
Y lo recuerdo ahora
porque la vida me trajo su recuerdo.
Algunos seguro lo extrañarán a diario,
otros como yo;
lo recordaré hoy
Y mañana quizá
y en el olvido caerá de nuevo.
Sólo aquellos,
que en realidad fueron o son importantes para nosotros
Tendrán un espacio constante
Perenne 
en nuestro corazón y en el cerebro.


Patricia Lara P

Manos

Manos

Y me ofreces tu mano
como nido muy cálido.
Y la mía se posa
con suavidad de ave;
Confiada.
Y ese gesto sencillo...
Se convierte en poesía.

Patricia Lara P

Cambiar

Cambiar

Es muy difícil por no decir imposible pensar, desear, intentar un cambio cuando no se conoce otra cosa.
Soñar es muy posible y yo diría que hasta necesario.  ¿Pero cambiar desconociéndolo todo cómo se podría hacer?
La vida.  Necesaria e innecesaria al mismo tiempo.  Desconocida siempre.  Imposible de soportar desde el mismo momento en que nos preguntamos para qué estamos aquí.  Cuando en realidad desde siempre nos lo dijeron.
Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.  Igual que cualquier planta, que cualquier animal.
Estoy harta de pensar y esperar cuando no hay otro camino ni otro destino.
¿Pesimismo?  No sé.


Patricia Lara P

Guasón


Ví "Guasón", lenta, aburrida.  Sólo una escena me hizo reír a carcajadas y justo en ese momento quién estaba a mi lado me dijo: ¿De qué te ríes? Es que en serio era una locura hacerlo.  Pero bueno.  Yo tengo mi propio sentido del humor, en realidad terminé contagiando a los demás y todos reímos.  
Que la actuación, que la risa, que la iluminación.  Ba' a mí no me encantó.  
Claro que al reír la sensación de desencanto no fue total.
Al salir, si escuché opiniones de que había sido maravillosa y hasta aplaudieron al final.
Como todo, cuestión de gustos.

Patricia Lara P

Fuera de contexto

  Hay muchas cosas que uno dice que se pueden sacar de contexto. Me gusta, prefiero pensar que la gente no es mala, que la malinterpretamos....