Ésta era una conejita saltarina
Que Valentina se llamaba
Saltaba y saltaba
Y nunca paraba.
Un día Valentina
Encontró un conejo saltarín
Se tomaron de las manos
Y saltaron hasta el fin.
Patricia Lara P
Las margaritas de Octavio Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...
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