miércoles, 2 de abril de 2014

Sueños raros





Escanció el resto del brebaje en la copa y lo bebió de un sorbo.  Todo se diluyó en un vapor cálido.  Floto sobre su cuerto inerte y se fue alejando.  Vio la luz y se acercó a ella, recordó que no era al sitio al que estaba dispuesto a ir  -siempre pensó en eso- Así que dio la vuelta y desando el camino.  Se reconoció de nuevo estático.  No paro a mirarse ni a repensarse.  No se planteó nada.  Vio la boca negra que se abría y que lo engullía y siguió adelante, era el sitio al que quería llegar -fue lo que pensó siempre-
No encontró nada ni a nadie.  El famoso demonio brillaba por su ausencia y todas las almas en pena que esperaba encontrar no existían o no estaban.
Se sentó a esperar y esperó tanto que de tanto esperar; desesperó.  Se giró a un lado y al otro, se rasco el cuello y la espalda y se estiro.  Dio un salto y cayó al suelo.
Que sueños tan extraños da beber en exceso.
Patricia Lara P.

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