miércoles, 13 de septiembre de 2023

Y en un abrir y cerrar de ojos

 

Se nota el paso de los días en rápida o lenta sucesión. Uno siente entre mas años vive, que el tiempo vuela. Apenas un parpadeo y la vida es muy otra, tan otra que parece que no somos los mismos. Y luego de pensarlo en realidad no lo somos. Somos otros, muy otros, tan otros que no nos reconocemos. Y miramos hacia atrás y nos perdemos en tantos vericuetos como nos puso la vida. Y ese rostro antes bello. Por la belleza de la juventud ahora es un mapa lleno de caminos. Caminos que por supuesto conducen a un lugar, al mismo lugar para todos. Allá nos vemos.

Hmmm

Patricia Lara P

Cenicienta y el príncipe oculto

 Veo una película animada que se llama "Cenicienta y el príncipe oculto". ¡Una belleza! Bueno... Lo cierto del caso es que la bruja malvada lanza un hechizo y convierte a Cenicienta en una estatua de mármol. La única manera de salvarla es que el príncipe le regale su anillo, pero... Todo tiene un pero en la vida. Él se va a convertir en ratón por siempre. Obviamente él se sacrifica y  pone el anillo en el dedo de la princesa y oh tristeza, si se convierte en un adorable ratoncito.

Yo me veo en mi mente suplicando... Llora sobre él, y deja caer tus lágrimas para quitarle el hechizo, dale un beso de amor que lo transforme, haz algo mujer... Jajajajaja. Es que a pesar de ser ya una adorable viejita, amo los cuentos de hadas y aun sueño con príncipes azules y con vivir felices por siempre.
Yo.
La soñadora

Patricia Lara Pachón

Y la eternidad fue ese breve momento

 Y vio en sus ojos el amor de siempre. Se dio cuenta que en esa mirada  profunda era donde estaba su hogar. Al rodearla en sus brazos se sintió segura de nuevo y deseó con todas sus fuerzas que la vida se detuviera ahí mismo y fueran felices por los siglos de los siglos.

Y la eternidad fue ese breve momento y la felicidad fue eterna.

Patricia Lara P

De lechugas y otras asquerosidades


 No sé a ustedes, pero a mí la lechuga me da asquito. Prefiero no incluirla en mi dieta. Además hay otra clase de verduras que me encantan. ¿Porqué se preguntaran ustedes? Pues porque a las babosadas les encanta comerlas y hacerlas su casa de habitación. He dicho.


Patricia Lara P

Haiku

 Haiku


El otoño
a mis pies 
cruje

Patricia Lara P

Mi papá

 Papá

Hice las paces con mi papá hace muy poco tiempo. El falleció hace muchísimos años, sin embargo. Yo me "reconcilié" con él hará un año poco más o menos.
Mi hija estuvo muy enferma hace unos años. Yo sentía que se moría y ya estaba desesperada y sin esperanza. En medio de mi miedo, dolor y angustia le dije a papá. "Cuide a su nieta ya que a mi no supo cuidarme". En ese momento mi mente se abrió de pronto y también la de Ricardo. Nosotros sentíamos que lo habíamos hecho todo. Pero no, aún había otra puerta. Y la tomamos sin dudarlo un instante. Mi niña dice que sintió que su abuelo, la tomaba de las manos. Sintió su tibieza. Y desde ese momento, las cosas empezaron a mejorar.
Yo entendí que él la había cuidado. Pero la iluminación de ese momento fue hace poco. Un día que encontré en un marco de fotografías. La foto restaurada por mi esposo hace un montón de años y junto a ella la foto de mi niña. Ahí, en ese instante me di cuenta que papá me había escuchado y me había mostrado su amor cuidando de mi hija. El aún está con ella. Por el gusto de cuidarla pues yo lo liberé. Le dije. Papá, usted ya me cumplió, gracias. Si quiere, únicamente si así lo desea. Siga cuidando de ella. Pero usted ya me cumplió. Gracias.
Yo.
Patricia Lara.

A veces

 A veces

La niña que hay en mi
Salta por el rabillo de mis ojos
Sobre las hojas doradas por el sol
Y tan crujientes.
A veces esa misma criatura
Baila sobre los charcos y arroyos que la lluvia forma en las calles.
También esa chiquilla susurra toda clase de canciones.
La gente mira a la mujer madura que sonríe y sin saberlo siente que la intuye.

Patricia Lara P

Somos solo un recuerdo


 Somos y soy solo un recuerdo. Un recuerdo que ha muerto, que naufragó en el mar del olvido. Ahí estoy. Yazco reclinada y fría en alguna circunvolución de su mente.

También soy un recuerdo tibio y cálido y suave y eterno y etéreo en la mente de alguien que no logró olvidarme a pesar del tiempo y la distancia.

Soy quizá una fragancia, un aroma, un color, un fragmento de un cuadro, una nube que flota, una hoja al viento, algo. En la esencia de otro, de los otros.

¿Soy un recuerdo? 

No se, no lo se o sé que lo seré. Viviré eternamente pues la eternidad es tan sólo un instante. El instante aquel en el cual el ultimo de mis recuerdos muera.

Patricia Lara P

Lo quiero saber todo -aunque duela-


 Yo no me pienso/quiero permitir cerrar los ojos. No enterarme del mundo y sus dolores. 

Prefiero ver aun cuando me duela, las familias huyendo de sus tierras, sus hogares, sus querencias.
No por no ver, deja de suceder tanto dolor, miedo e impotencia.
¿Qué pasa con el mundo? ¿Qué pasa con nosotros? Porque tanto odio, envidia e indolencia.
Yo no me voy a permitir dejar de ver y de enterarme. Yo voy a tener miedo y terror. Pues mientras viva... Sentir es lo que quiero.

Yo.

Patricia Lara P

Desperté

 Desperté y a pesar de haber dormido unos diez minutos a lo sumo mi vida pasó entera ante mis ojos. Es curioso, no morí tan solo fue un sueño largo pero corto o al contrario.


Patricia Lara P

Esas somos nosotras

 Esas somos nosotras. Las mujeres en vía de extinción. Las abnegadas, las resignadas, las que pensamos primero en los otros antes que en nosotras.

Afortunadamente esa crianza pasó. Educamos de otra forma. Quiza egoísta pero tan necesaria, para no sentirnos responsables de los daños del mundo. Para no cargar tanto peso muerto sobre nuestras espaldas.
Habría sido mas lindo compartir lo bonito y lo feo. Pero no... Nosotras, las mujeres en vías de extinción nos cargamos todo sobre nuestras espaldas.

Yo.

Patricia Lara P

Las otras yo


 Por allí. En otro tiempo y espacio hay otra yo... Otras yo quizás. Cada una de ellas, en algún momento de mí historia; de nuestra historia, tomó un rumbo diferente que las ha ido conduciendo por diversos caminos.

A mi no me importa en realidad saber qué decisiones tomaron. Lo que realmente me interesa es que cada una de mis otras yo haya sido y siga siendo feliz.
No esa felicidad de las risas constantes, sino mas bien la felicidad de la vida tranquila, pausada, sin mayores problemas y afugias.  Quiero para ellas la felicidad que da el deber cumplido.
Bueno chicas... Brindemos por nosotras.
Yo.

Patricia Lara P

Patricia la bella

 Buenos días. Hoy, un sábado indefinible con ínfulas de martes. Debería creerse un poco mas y ser un miércoles. Un miércoles dorado por el sol, con arena en los pies y con mirada larga. Pensativa. Bueno... Cada quien es lo que quiere ser. Y uno no es nadie para decir o decidir lo contrario. 

Yo, aquí... Añorando una cabaña en la playa, el sol decorando mi espalda y el viento peinando mis cabellos. 
¿Mis ideas? Están allí disfrutando. Y yo aquí planeándome un día placido.
Yo.
Patuleca la bella.

Patricia Lara P

Sonidos y silencio

 Sonidos y silencio


Recostada de lado sobre un charco de sangre densa y oscura, Leticia mira al frente, uno o dos metros más allá del límite pastoso que ya conforma el torrente que mana de su oído. Justo allí, en ese borde -el de la sangre, en el piso, y el de la semi inconsciencia, en su cabeza- alcanza a distinguir entre la bruma de dolor que la obnubila, su móvil que, sin la cubierta posterior y con la pantalla partida por la caída de su dueña, vibra incesantemente, emitiendo un zumbido que se le hace infernal. Alrededor todo es penumbra. Pero aún no llega el silencio. Leticia mira al frente y, como puede, suspira. 
El dolor del que creyó huir, sólo se ha exacerbado.  La recorre en oleadas frías, la abrasa desde la espalda al abdomen, desde los pies a la coronilla, cual hilo metálico y lacerante que discurre por sus vasos sanguíneos, sus músculos y huesos. Leticia, a pesar del dolor, no se mueve, sólo mira al frente. Y espera. Espera por el silencio. 

Un tamborileo lento que emana del piso (¿o de su cabeza?) la mantiene aún alerta. Le recuerda que el silencio aún no llega. ¡Tu-cun, tu-cun! Cada vez más lento, cada vez más tenue...¡Tu-cun, tu-cun! A su espalda oye, a lo lejos, gente que grita y golpea la ventana de la sala, pugnando por entrar. ¡Esos gritos!..  ¡Tu... cun... tu... cun! Con el resto de las fuerzas que le quedan, mueve sus manos para tapar sus oídos y acallar el ruido que aún la atormenta. ¡Tu... cun... tu... cun! Sin percatarse, hunde más las varillas metálicas (¡ya no recordaba que estaban ahí!). Con un grito de dolor, Leticia mira al frente, sonríe y queda sin sentido.

Abajo, en el pueblo, comentan que Leticia murió sola, por el calor nadie sube esa montaña si no es necesario, como ahora, que hay que acompañar a la comisión para levantar su cadáver. La difunta yace en un charco seco y oscuro de la sangre  que fluyó de sus oídos, perforados por pinchos de metal. Justo allí, a unos pasos, frente a su cara, están su celular, su oreja izquierda, un cuchillo parrillero y el implante coclear que le colocaran semanas atrás. 

Con esos ojos grisáceos y exageradamente abiertos, Leticia parece mirar de frente el conjunto y sonreír desde el más allá.

B. Osiris Bocaney 

Cuando el mar era mar

 Cuando el mar era mar

y aun rompían las olas
y el bosque verde y pleno
arrullaba en las ramas los polluelos
El viento danzarino
al ritmo de los trinos
Bailoteaba
Cuando el mar era mar
De olas y playas
La vida era distinta
Y aun se disfrutaba
No sé porque hoy en día
Todo lo antes conocido 
ahora resulta tan desconocido.
Bendícenos señor.
Permite que el mar siga siendo mar, playa y arena.

Patricia Lara P

Surrealista

Surrealista

Soñó (pensó) que estaba cubierta de cucarachas. Por alguna razón no las sentía y, aunque recordaba perfectamente la sensación áspero-punzante de esas patas cuya textura da grima, no podía siquiera sentir el hormigueo que tantas de ellas debían estar causando en su ir y venir por dentro y fuera de su cuerpo. No quería (¡no podía!) moverse. Muchas cucarachas (¡demasiadas!) iban y venían por el amplio apartamento en cuya iluminada cocina hallaron a Vanessa a los pies de una escalera improvisada tal vez para alcanzar un frasco de mermelada que, seguramente partido en muchos fragmentos por el impacto de la caída, derramó su rojizo y viscoso contenido, que ahora se mezclaba con la sangre parcialmente coagulada que manó profusamente a través de la herida en su cuello.  

La forense, a pesar de vasta experiencia y del nutrido repertorio de cadáveres vistos a lo largo de los últimos años, no pudo evitar cierta repulsión cuando, al revisar la boca de la occisa, un intenso olor a mermelada de fresa anticipó la salida de una enorme cucaracha que dejó en los labios de Vanessa una pequeña estela sonrosada, como si -en un gesto final de gratitud (¿o irreverencia?)- intentara,  con sus patas, poner un poco de carmín en los labios ya azul grisáceo de la difunta. La cucaracha siguió su camino y, abriéndose paso entre sus compañeras de festín, se metió por una abertura de la blusa, rumbo al seno izquierdo de Vanessa (o más allá).

B. Osiris Bocaney 

Mauricio

 Mauricio

Diabético. Hemofílico. Complexión atlética. En sus treinta tardíos. Su historia clínica refleja neuropatía periférica con pérdida sensorial casi total en extremidades. La lividez de su piel refleja exanguinación total. 
_Causa de muerte_
Coincidencia total del hambre con las ganas de comer: escondido en el fondo del vestier, en un ataque de ansiedad por el dulce, decidió comerse a escondidas una caja de donas.  Mordió su pulgar por error. Lo masticó y tragó con fruición. 
Luego de forzar la puerta del pequeño recinto para acceder a la ubicación del occiso, un negro camino de hormigas gordas y agitadas conduce a los bomberos hacia el cuerpo inerme de Mauricio que, sonriente, yace al lado de una caja vacía de donas con el slogan "disfrutarás hasta el último mordisco".

B. Osiris Bocaney 

Agresiones

 Debo o mejor, deseo contarles que hace un tiempo tuve un día terrible. Capitán salió de paseo con Ricardo. Y fueron atacados por un perro enorme y agresivo. 

Les juro que de haber estado paseando conmigo la historia habría sido bien diferente. 
Ricardo logró que el perro soltara al Capitán y gracias a eso las heridas no fueron mas graves.
¡Por Dios! Hay que tomar conciencia. Hay que llevar a los perros grandes y agresivos con trahilla y bozal.
Hoy mi perrito está herido, obvio lo llevamos al veterinario y fue atendido. El dinero fue significativo, pero el dolor y el miedo van a durar quizá para siempre.
La dueña del criminal se reía. Quiero pensar que por los nervios. 
Bueno. Ni se imaginan mi angustia cuando me dijeron que había que ponerle una "sedación suave" para las curaciones. Ya hemos perdido a dos peludos por eso. 
Ya les conté mi triste historia, afortunadamente no fue tan grave.
Bendiciones.

Patricia Lara P

Lo soy

 

Me tomó un tiempo. Pero cuando aprendí a amarme ya fue un camino sin retorno. Es que soy maravillosa.

Patricia Lara P

No se porque.


 Ésta canción siempre me hace pensar en que los hombres, como seres humanos, vanidosos. Creemos... Erradamente por supuesto. Que somos o fuimos inolvidables en la vida de aquellos que se nos acercaron. Él es feliz, ella no puede serlo porque no es fácil olvidarlo todo. Hmmmmm yo aquí me quedo pensando pensamientos pensantes.

(No sé porque cuándo estoy solo...)  José Luis Perales
Patricia Lara P

Fuera de contexto

  Hay muchas cosas que uno dice que se pueden sacar de contexto. Me gusta, prefiero pensar que la gente no es mala, que la malinterpretamos....