lunes, 14 de mayo de 2012

Greis


¡gracias por el bendito regalo de venir a mi vida!

Carita de luna llena

Carita de luna llena
que iluminas mi penumbra
¡sonrisa limpia y serena!

Carita de luna llena,
ojos morunos de almendra
¡tu mirada a mí me plena!

Carita redonda y bella
con ojitos de lucero
que brillan cual dos estrellas...

Carita que das ternura,
hija bella de mi vida,
¡regalito de dulzura!

B. Osiris B.

Mis pequeños poemas


Mis pequeños poemas se ocultan
en los ojos brillantes de mis hijos
en sus caras felices
en las mañanas llenas de nubes
y destellos del sol atravesándolas.
Mis pequeños poemas se ocultan
en ropas limpias
en camas tibias
en ferias con algodón de azúcar
en dientes blancos 
en caras tersas o arrugadas.
Mis pequeños poemas se ocultan
entre pétalos de rosas y hojas verdes
cubiertas de rocío
en frutos madurados al sol
en trinos de aves.
Mis pequeños poemas se ocultan
en dedos que teclean prestos
en ideas que vuelan
en letras y en palabras
en colores y sonidos.
Mis pequeños poemas se ocultan
en pies de recién nacido
en pequeños gemidos
y en llantos de implacables pedidos.
Mis pequeños poemas se ocultan
yo trato de encontrarlos
de asirlos, agarrarlos
ponerlos entre hojas a madurar un tiempo;
un día mis pequeños poemas
no serán tan pequeños.

domingo, 13 de mayo de 2012

Ma



de Ricardo Gabelo, el Domingo, 13 de mayo de 2012 a la(s) 4:15 ·


Mi mamá,

Mi mamá es ese punto donde

la respuesta larga y la corta

tienen igual longitud.



Es un jardín

donde las rosas igualan

la redondez de las toronjas,

donde florecen las melancolías

y se deshojan después de dar 

sus frutos.



Mi mamá es mi hogar,

el lado derecho de la cama.

Es la sonrisa detrás de un gato.

Es un campo de guerra

y el vendaje para el herido.



Mi mamá es la preocupada llama de una veladora

Que combuste el aire cerca de un San Antonio.

Es una fotografía en un cubo de hielo

Y el calor de una sopa de verduras.



Es la tristeza y la alegría

que se turnan como en un reloj de arena.

Mi mamá es sentir mucho.

Es una carcajada con la fuerza de un regaño.



Mi mamá es cada una de las letras de sus poemas,

ese espacio intangible en el que se plasma a sí misma,

donde se expone para refugiarse.



Es ese cajoncito en el que guardé papeles y colores

para que mi hermana los usara ocho años después.



Mi mamá es un "te va a coger la tarde",

un que "dios te bendiga"

Y un "mucho juicio"

mezclado con un "no te demores".



Mi mamá es esa razón irrazonable,

esa sensata contradicción.



Mi mamá es veinticuatro años de ser todo eso.

viernes, 11 de mayo de 2012

¡No falta!


Hay días que pintan bien
el sol está en lo alto 
y brilla.
Las nubes vaporosas
flotan dejando pasar
tenues colores.
Los pajaritos cantan,
El viento acaricia con suavidad
la piel y enreda los cabellos.
Suena precisamente 
la música que más gusta;
La romántica y agridulce a ratos.
El clima tibio adormece.
De pronto…
El sol se oculta en grises nubarrones,
la lluvia estalla,
el viento helado congela tu sonrisa,
el silencio es total
y todo se oscurece.
Y es que no falta el personaje aquel;
que al verlo a uno contento
le daña el día.
¡Hijuemadre!
-Por no decir algo peor-
¡Hijuemadre!

A veces me siento tan cansada


A veces 
¡Me siento tan cansada!
Otras estoy llena de vida
de ganas
de risas
de pensamientos locos
de pasión por hacer
y por vivir.
A veces 
¡Me siento tan cansada!
Otras en cambio
solo soy y estoy
subsisto
persisto
insisto.
A veces 
¡Me siento tan cansada!
Otras por el contrario
soy vendaval, volcán
tormenta que arrecia.
A veces 
¡Me siento tan cansada!
Que la espalda me duele
el corazón se acurruca
se hace chiquitico
y mi espíritu se reclina en mí
a dormir un ratico
y renovar sus fuerzas.
A veces
¡Me siento tan cansada!
Que cuando eso pasa me espanto
pues me gusta reír y sonreír
cantar a pulmón pleno
contar historias
ver la gente feliz.
Es que de todas formas eso no impide
que
a veces
¡Me sienta tan cansada!

jueves, 10 de mayo de 2012

Somos capullos en flor


Mujer que es semilla
y flor,
que a cada instante germina.

Mujer que, 
cuando camina,
exhala al aire su amor.

Soy mujer,
flor en proceso
que renace en la alborada,
¡sí, yo soy la flor perfumada
que te lleva al embeleso!

Y aún soy yo más que eso:
piezas del paisaje agreste
pues soy, también, luz del Este
que viene a alumbrar el día
porque es mujer la alegría
y lo es también la tristeza
¡y mujer es la belleza,
la paz y la lozanía!

B. Osiris B.

No me busquen


Camino por la playa
recogiendo conchitas
pateando las olas
y riendo a carcajadas.
Ante mis ojos 
un promontorio de rocas
y mucha vida adherida a ellas.
Algo brilla -un destello-
una botella se destaca allí
La tomo, la miro 
adentro escucho algo
la destapo pensando en genios
en deseos por cumplir
en libros ya leídos
que cuentan de ogros malos
y también de hadas buenas;
de premios y castigos.
Un papel, arrugado y viejo
sale de las entrañas 
de la sucia botella.
No me busquen…
No quiero que me busquen…
Se lee en el papel
soy feliz por fin en estas soledades
nadie habla y no calla
nadie cantaletea.
Pienso en el hombre que por fin
escapó de un matrimonio malo.
No me busquen…
me gusta estar aquí 
mirando el mar; sus ires y venires.
No me busquen
me gusta caminar descalza por la arena
y jugar con las olas
y encontrar las botellas 
que yo misma voy dejando 
como migajas de pan
como pequeños guijarros
para rogar por Dios  y a los humanos
que no me busquen.
Ahora que por fin me encontré
Por Dios…
que no me busquen.

Senectud desvencijada


Asomada a la verja-más como un trasto arrumbado que como una persona- rumia sus pesares y gruñe al viandante que amable la saluda o, bien, grita a todo aquel que no voltea a mirarla.

Hoy, Delfina no distingue amigos de enemigos, todos le amenazan, a sus ojos es así.

Quizá sea por las cataratas, que nublan sus ancianos ojos; o por el resentimiento de que nadie la ayuda a salir de esa maldita jaula que en mala hora se hizo construir para alejarse de “la chusma” del barrio; el caso es que no distingue contra quién la emprende desde los barrotes de su verja.

A veces gime, grita, insulta… pero ya nadie se atreve siquiera a mirarla.

Y así pasan los días de una anciana triste que renunció a tener amigos, encapsulada en soledades, arañada de tristezas… sola entre una multitud de gente que pasa por su lado… sola entre unos barrotes de dolor y tristezas. No los físicos, que ya es mucho decir. Delfina muere lentamente tras los cerrojos de la intolerancia –la suya-, la indolencia –la de sus hijos- y la indiferencia de unos vecinos que prefieren fingir apuro. Y a veces, en su mente, se compara con el cúmulo de sillas desvencijadas y rotas que la rodean en su pequeño solar.

Hoy amanece la ciudad bajo una bruma densa y una garúa persistente… nadie notó el cadáver de Delfina, nadie la echó en falta… no hubo quien la extrañara… Sólo unas aves, que hacen con su ralo cabello un nido, dan cuenta al mundo de su muerte con un escándalo matinal. Pero, ¿quién le hace caso a las aves? 

B. Osiris B.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Boba yo


Nos contaba mientras ella realizaba una limpieza facial;  que su esposo era un hombre muy creyente y religioso.  Tanto así que cada fin de mes amanecía en la iglesia haciendo oración.  No sé por qué yo no pude creerle.  Miré al otro interlocutor con cara de "méteme el dedo a la boca" a ver si muerdo o "bobita no".
Pasó el tiempo, no mucho.  El hombre "religioso" abandonó a la esposa por otra con la que amanecía cada mes "orando".  
En estos días me contaron una historia casi, casi, casi tan descabellada como aquella.  Yo mirándome a mí misma con cara de "méteme el dedo a la boca" a ver si muerdo o "Yo no soy tan pendeja" recordé la otra historia.  La que acabo de referir. Y aquí estoy yo; desde ese día pensando pensamientos y mirándome adentro... bien adentro.

Patricia Lara

Fuera de contexto

  Hay muchas cosas que uno dice que se pueden sacar de contexto. Me gusta, prefiero pensar que la gente no es mala, que la malinterpretamos....