Deambula como todos los días a las 10 am por la playa. Vestido amplio, estampado en flores multicolores, a veces amarillo, a veces rojo, a veces verde o azul o blanco. Una pava enorme cubre sus bucles rubios, o acaso un pañolón a tono con el traje. Sandalias planas que dejan ver sus muy cuidados pies. Atado a su cintura y como si fuera uno mas de sus miembros va el perro. Un caniche negro como la noche negra. Cafés y vivarachos ojos. Orejas levantadas y esa cola casi volátil, que se mece y remece viendo las aves que bajan a comer de las manos de su ama.
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