Después del día 7
Y Eva, harta por tantas noches de sudores y ansias insatisfechas,
trepó con gusto en el tronco del manzano.
Y comió de la manzana. Y fue mujer.
Y, como mujer quiso más que un pequeño gusano de esporádicas apariciones.
Y el manzano, ardiendo, cedió a tanta pasión.
Y fue ceniza al cabo de siete noches.
Y fue el turno de la serpiente, vibrante, sigilosa y complaciente.
Y fue el pecado... y el gozo.
Y la luz reinó antes de que la oscuridad abriese las puertas del paraíso.
Eva parió, con dolor, el orgasmo, el placer y la lujuria.
Y supo que había más frutos allende los límites de El Edén.
Comió hasta la saciedad de esos frutos por los siglos de los siglos.
Y su gesta libertaria murió, difusa, en los libros sagrados.
Y Adán fundó el primer movimiento misógino de la historia.
Y sus hijos... ¡ay, sus hijos!, desamparados y en el olvido, se volvieron delincuentes.
B. Osiris B.
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