Va sólo en el autobús. Sólo porque no conoce a los otros chicos que ya estaban en él y tampoco a los que cada tanto van subiendo.
No se escucha ninguna conversación, ni un suspiro siquiera.
Le parece que debe estar el cupo completo para llegar a un destino.
Él sabe que cometió suicidio y se pregunta si los demás también lo hicieron.
Espera
el momento en el cual sean llevados a ese sitio final. Si será el
paraíso o el infierno. O si como otros dicen; deberá volver a la tierra
a completar una misión inalcanzable.
Vivir duele... Duele en extremo.
Patricia Lara P.
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