Lluevo
Una de
esas noches en las que duermes sin dormir y descansas sin hacerlo
realmente. Me despierto empapada. El sudor corre por mi cuerpo
vertiginosamente. Siento millones de “babosas” heladas deslizarse por mi
piel caliente.
Noto entonces que cada uno de mis poros se ha abierto y deja salir el agua a raudales.
Se me resecan los labios y la lengua semeja papel de lija.
Tomo agua. Mucha agua y la siento abandonar mi cuerpo con la misma presteza.
Deseo quitarme el pijama mojado pero lo pienso de nuevo. ¿Para qué? Más me tardaré en cambiarlo que en estar igual que está de nuevo.
Tomo agua un poco más despacio mientras me percibo como una nube que flota a la deriva... Lluevo.
Noto entonces que cada uno de mis poros se ha abierto y deja salir el agua a raudales.
Se me resecan los labios y la lengua semeja papel de lija.
Tomo agua. Mucha agua y la siento abandonar mi cuerpo con la misma presteza.
Deseo quitarme el pijama mojado pero lo pienso de nuevo. ¿Para qué? Más me tardaré en cambiarlo que en estar igual que está de nuevo.
Tomo agua un poco más despacio mientras me percibo como una nube que flota a la deriva... Lluevo.
Patricia Lara P.
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