Las
abuelas tenemos un corazón especial para los nietos. Estos pueden ser
humanos o no serlo. De todas formas ellos igual se aman con locura
total. Hoy hablando con mi nieto “gato”
Bástian, se lo explicaba. Él quiso saber que nombre tiene ese
corazón que tanto lo ama, y se lo dije... es un corazón de melón... suave por
dentro, dulce y muy delicado. Aun cuando
por fuera no lo es tanto. Eso pasa para
protegerlo de golpes.
¡Qué
le vamos a hacer! Le dije; las personas tenemos diferentes corazones
dependiendo del cariño que podemos; debemos, queremos dispensar.
El
corazón para los nietos en todo caso sí es un corazón de melón.
Igual
aquí me quedo pensando que nombre deberían tener los otros corazones. Si me entero se los cuento.
Patricia Lara P.
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