martes, 26 de febrero de 2013

La bendición


Desde niña me enseñó mamá a pedirle la bendición a la mamita María.  Llegábamos a su casa, la casa de la abuela materna y apenas vernos hacía la señal de la cruz con su mano madura en un principio y marchita y temblorosa luego y mirándonos con dulzura infinita  nos daba la bendición.  Igual sucedía cada vez que partíamos y esa bendición era augurio seguro de buen viaje y buenos tiempos.
Yo no me acostumbré a pedirle la bendición a mamá pero nunca salí de la casa sin ella pues apenas decía me voy, adiós  chao o nos vemos luego; ella decía "Dios la bendiga mija"
Hoy mis hijos me besan y me dicen "chao ma" y yo como oración seguro; les respondo "Dios te bendiga hijo o  hija, pórtate bien" 
Finalmente viene a ser como un mantra de buena ventura y muy seguramente en unos años cuando mis hijos sean padres despedirán a sus hijos con beso y bendición.

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