La visitante
Tenía una conocida, ella iba con su esposo e hijas a mi casa y nosotros también los visitábamos de cuando en vez. Teníamos una relación cordial más motivada por los señores que tenían negocios en común.
Nosotras a veces incluso hablábamos por teléfono y charlábamos algunos ratos.
Un día. Estoy en mi casa en la mañana, haciendo mil y una cosa como siempre, como las amas de casa solemos hacer. De pronto suena el timbre y abro; ahí está Gladys con una amiga. Las saludo, las hago pasar, les ofrezco algo para tomar y apenas me siento a charlar ellas empiezan a hablar de religión. ¡Oh por Dios! Le abrí mi puerta a los testigos de Jehová.
Yo soy del pensamiento de mi abuela María la O que decía "Más vale ponerse colorado un rato que pálido toda la vida" así qué, sin dudarlo un instante levanté mi mano pidiendo la palabra y les dije, más a la señora conocida que a la otra... Me caes bien, te respeto, en mi casa eres bienvenida a hablar de otras cosas. Si algo se te ofrece, mis puertas están abiertas para ti. Pero... Y quiero ser muy clara y enfática con esto. No para que me adoctrines ni me hables de religión. Soy católica, quizá no la más prácticamente. Pero... A mi en lo personal me parecen ustedes muy atrevidos. Se aprenden un par de salmos y ya se sienten dueños del conocimiento. Tengo un hermano sacerdote, continué diciendo, que lleva años estudiando filosofía y teología. Que a hecho estudios bíblicos por años. Y él no se atrevería a tanto. El no iría a mi casa o a la casa de nadie sin ser invitado y menos para hablar de Dios ni adoctrinar.
Las señoras se miraron entre ellas, se disculparon conmigo y se fueron. Hay que admitir que Gladys siguió hablando conmigo, invitándome a su casa y yo a mi vez a la mía pero el tema religioso se quedó por fuera.
Repito, soy católica pero mi trato y contacto con Dios es muy personal y yo decido cuando hablar con los demás de mi proceso espiritual.
He dicho
Yo,
Patricia Lara Pachón
>^-^<
No hay comentarios:
Publicar un comentario