De vicios
¡Ey Cusca! ¿Dónde está Cusca? Aquel al que llamaban "Cusca" se encontraba sentado en la calle, en un andén, sorbiendo un tintico y aspirando un cigarrillo.
El que lo llamaba con insistencia le dice: Hermano, no es que a mi me importe. Yo, lo digo por vos. Deberías dejar ese vicio que te hace tanto daño.
Yo... Que no soy ni chicha ni limoná y que sencillamente escuché una casual conversación de "amigos" me quedo pensando en las respuestas que debió o pudo dar "Cusca".
¿Y si no te importa porqué te metés? no me importa a mí que soy el directamente afectado.
¿Y porqué reforzás mi supuestamente mal comportamiento con tu apodo al vicio que es mío únicamente?
¿Porque te metés en mi vida o mi salud si yo no te he pedido opinión ni consejo?
Y así una sarta de cosas que dicen o decimos las personas defendiendo nuestros propios vicios que además son personales e intransferibles.
Aclaro obviamente que vicios tenemos todos, así que no voy a arrojar ninguna piedra.
¿Tú que agregarías o estarías a esta conversación?
Patricia Lara Pachón
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