jueves, 20 de octubre de 2022

El día a un no despierta

 

El día aún no despierta plenamente. Una suave bruma deambula por la calle solitaria. He tenido que sacar a pasear a Capitán y lo espero pacientemente a que marque y remarque la calle. De pronto, un grupo de individuos aparece en la esquina y avanza. Es un número relativamente grande de personas. Las cuento... Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, Díez, once, doce y trece. Hmmm es un número que no me gusta mucho. Aquello de los agüeros me desasosiega un tanto.  Vuelvo a contar y el mismo número es el resultado. Trece.

Empiezo a observarlos mejor mientras se me aproximan. Caminan lentamente y murmuran frases ininteligibles. Siento así como algo de temor y camino en el mismo sentido en el que vienen para alejarme de ellos. Notó, no con sorpresa que se detienen y nos observan.  Así que me veo obligada a desandar mis pasos pues mi casa es en frente de dónde ahora están parados ellos.
Los miro con temor, Capitán baja orejas y cola.
Bueno. No hay de otra. Camino hacia ellos por el andén derecho.
No dejo de mirarlos. Visten todos de negro. Sus ojos son  cuencos  oscuros que brillan con intensidad. La tez  blanca e iridiscente. Las manos igual de albas y con dedos largos ganchudos.
Se me eriza la piel, no deseo mirarlos pero tampoco quiero dejar de hacerlo. 
Un suave viento barre la bruma que antes se enseñoreaba en la calle. Y con el se van evaporando también los trece personajes.
No sé por qué se ocurre pensar que fue un paseo lúgubre de seres que se han ido. Que extrañan las gentes y el bullicio de las calles. Y que aprovechando octubre salen de sus tumbas a pasear un poco.
Hoy yo los vi. Mañana quizá alguien más los vea y me de la razón.  Los muertos ya son muchos, así que toman turnos para salir un rato y fingir que la vida aún los llena. Y éste mes... Es el más indicado.
Yo 
Patricia Lara Pachón 

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