¿Nos hemos vuelto muy desconfiados?
Les cuento. Salí a caminar como todos los días. Voy saludando aquí y allí con una gran sonrisa. Me cruzo a una pareja que pasea sendos perritos. De pronto el señor se voltea y me dice: "Señora. ¿Me hace un favor?". ¿Qué sería? Respondo. "Me recibe ésta botella de agua. Es que compré dos y vengo encartado con ellas". Me da pena, no aceptarla. La tomo en mi mano y doy las gracias. Retomo mi camino pensando lo extraño de la situación. Hoy en día a uno le da miedo recibir alimentos de desconocidos.
La botella está perfectamente cerrada. No sé ve en ella nada extraño. Pero... ¿Ustedes la beberían? Yo no. Ahora se la pondré a unas plantas.
Yo.
Patricia Lara P
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