Pesadillas
Uno se despierta de una pesadilla, en otra pesadilla y luego en otra.
Todo es persecución;
correr, caerse, apretarse el pecho,
ahogar gritos, sudar a mares,
mirar hacia atrás y hacia los lados.
Correr y correr más;
y de nuevo caerse y sacudirse mientras sigue corriendo.
Intentar ocultarse, ahogar nuevos gritos,
parpadear pretendiendo secar algunas lágrimas.
O secarlas de un manotón mientras sigues huyendo,
y resbalas.
Y te rompes la ropa y la piel y las uñas recién manicuradas
con las piedras y espinas del malhadado camino.
Uno corre intentado alejarse y resbala, y cae, y se sacude y sigue.
Queriendo abrir los ojos, y lograr despertar,
de horribles pesadillas.
Patricia Lara P
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