Historias de antojos de Bretaña
Hace
22 años estaba embarazada, y siempre, antes de las noticias de las siete de la noche, aún ahora
-creo- presentaban el comercial de Bretaña. Yo veía esa botella helada, ese líquido frio y
burbujeante y literalmente me babeaba.
Así que empecé a aprovisionarme de la tan deseada bebida y a disfrutarla al tiempo con la pauta publicitaria.
Hoy. Pasados los años, encuentro que mi hija es tan burbujeante, delicada y bella como la Bretaña.
(Creyendo que a los productores y distribuidores de dicha bebida, esta historia les parecería divertida, no solo la escribí; sino que procedí a remitírselas a ellos. Curiosamente, el único comentario que obtuve, fue un dedito parado. Como "Bien por ti" -pendeja-. jajajajajaja. Les hice el comentario de que me habían hecho sentir como la novia que le escribe una carta romántica a su novio y el la deja en visto, y como que se sintieron algo apenados. Igual el sentimiento de que "pereza esa gente", aun persiste.
Ahí les dejo esa anécdota.
Patricia Lara P
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