jueves, 22 de marzo de 2012

¿Podré elegir?


Me fui a dormir como siempre.  Antes en tierras menos frías dormía de batica, hoy en estas tierras congeladas, yertas uso pantalón largo y camiseta de algodón preferiblemente de manga larga y además medias para mantener las paticas un tanto más calientes.  Veo televisión un rato y luego me volteo, me recojo en mi misma, paso mi brazo bajo mi cabeza cual gatica y cobijo mi oreja para calentarla al mismo tiempo que la nariz.  Ahí plácidamente me voy durmiendo y luego el silencio, la oscuridad, el sueño casi como la muerte.
Me despierto y esta todo más oscuro que lo normal.  Lo normal es ver el cuarto,  apreciar las cosas que cotidianamente me rodean.  Esta noche no. Oscuridad total. Me asusto y me levanto de la cama tanteando un poco pero reconociendo mis espacios me doy cuenta que no llevo la ropa que usaba al irme a la cama.  Buscó las sandalias para esquivar el frío piso y no las encuentro; sorprendentemente tampoco llevo puestas las medias con las que me fui a dormir.  Hmmmmmm.  Abrazo mis brazos fríos, toco mi cara helada y me desplazo por lo que creo que es mi habitación.  Voy al baño y no logro encontrarlo -estoy terriblemente asustada, desubicada-.  Intento salir del cuarto y sorprendentemente lo que antes era un estar entre alcobas ahora es una escalera que baja... seguramente al comedor y luego a la cocina. Normalmente son 12 peldaños pero ahora bajo y bajo y sigo bajando sin llegar a ningún lugar.  Empiezo a sentir calor y sudo un poco, escucho susurros y arrastrar de pies y yo sigo bajando.  Allá a lo lejos veo una luz roja o un fuego que ilumina... me pregunto quién encendió la chimenea pero siento al mismo tiempo que ya no estoy en mi casa.  Sigo bajando y escucho más claramente quejidos, gemidos de dolor o de pena y ya no arrastrar de pies sino más bien de cadenas.  ¡Hijuemadre!  Me morí dormida y de patas y manos fui a parar a la paila mocha.  ¡Y yo que pensaba que había sido muy buena! ¡No pues!  Ahora tendré que quemarme entera en ese fuego que veo al final del camino o de las escaleras mejor.  Pienso en parar y ya no caminar más hacia el castigo eterno.  ¡Ni boba que fuera!  Pero luego lo pienso mejor y digo que "al mal paso hay que andarlo pronto"  Pero... ¿La eternidad es larga? ¿Cuánto durará la eternidad?  Hmmmmmmm.  Ahí estoy yo; parada imaginando tortura tras tortura y pena tras pena cuando de pronto una luz aparece sobre mi cabeza y zas rauda y veloz voy a dar al cielo.  ¡Uy, y casi que en cuerpo y alma carajo! Ya me veo yo flotando entre las nubes, sonriéndole a san Pedro, a los ángeles y los arcángeles, a la virgen María y acunando en mis brazos al niño divino.  Me veo con alas blancas, repolludas y esponjosas, además con aureola dorada y que tal.  
No sé si quiero ser santa o ángel pero ambas cosas juntas las dos me atraen. ¿Me dejaran escoger?  Siento que me empujan suavemente y hablo saludando por supuesto.  No dirán que soy maleducada, ¡no señor!  Escucho que se ríen y me enojo un poco.  Yo me pregunto cómo es posible que en el cielo se burlen de uno... voy a empezar a discutir cuando siento de nuevo que me empujan y se ríen.  Abro los ojos y veo a mi esposo que se quiebra de la risa y a mandíbula batiente me señala diciéndome: “Santa o ángel”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Fuera de contexto

  Hay muchas cosas que uno dice que se pueden sacar de contexto. Me gusta, prefiero pensar que la gente no es mala, que la malinterpretamos....