jueves, 22 de diciembre de 2011

El hogar

Está en el cielo. Yo la vi con estos ojos, con los ojos del alma. Tan bella Ella; con su delantal blanco y sus sandalias viejitas y su sonrisa llena de días y de vida. Preparaba la casa en la que crecí y la embellecía para tener un lugar lindo en el cual recibirnos cuando llegue el momento. La casa antes un tanto oscura se veía brillante y resplandeciente, aun había polvo de pintura y de cemento por todas partes pero lo mejor de todo era la calidez del ambiente y su bella y radiante sonrisa.
Los ojos como perdidos siempre en lontananza y la expresión risueña y constante en su cara oscura y brillante.
Ella daba las órdenes, ponía las cosas en su lugar y embellecía la casa. "La casa" de siempre para tener un lugar limpio, y digno para recibirnos cuando llegue el momento.
Creo que nunca pensó realmente en ella y por eso tomó camino antes y ahora prepara la casa, el hogar, el sitio digno, limpio y brillante que nos recibirá -en su momento-
Te quiero María la O y espero ser digna nuevamente de ti y de tu casa.

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