Y mi alma sonríe
cuando tu sonríes.
Mi espíritu se infla de emoción
con tu presencia
te sé tan cerca
te siento tan mío.
Que la llama de pasión se inflama.
Los suspiros apretados
estrujan el alma
el corazón se exalta
y canta.
Las margaritas de Octavio Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...
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