Deliciosos los abrazos
y si vienen de un pecho amplio
un corazón que late acompasado con el mío,
de unos brazos fuertes
que me sostienen en la medida justa;
mucho, pero mucho mejor.
Veo esas paredes de bahareque, blancas. Puerta roja a juego con la única ventana. Veo a María la O con sus ojos brillantes, su sonrisa y s...
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