Deliciosos los abrazos
y si vienen de un pecho amplio
un corazón que late acompasado con el mío,
de unos brazos fuertes
que me sostienen en la medida justa;
mucho, pero mucho mejor.
Las margaritas de Octavio Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...
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