A primera vista.
Lo vio y fue deseo a primera vista. Lo único que quiso en ese instante fue hincarle los colmillos en esa vena que saltaba presurosa en su cuello. Los ojos brillantes del caballero le hicieron intuir que caería rendido a sus pies. Ignoraba ella que el lobo era el que veía a través de estos.
Fin.
Patricia Lara Pachón
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